Análisis Clínicos
Los análisis clínicos son estudios realizados a partir de muestras biológicas como sangre, orina o tejidos, con el objetivo de obtener información relevante sobre el estado de salud de una persona. Estos resultados son posteriormente interpretados por un profesional médico para confirmar o descartar diagnósticos.
¿Quiénes deben realizarse análisis clínicos?
No están dirigidos únicamente a personas con síntomas o enfermedades. También son fundamentales en personas sanas que desean llevar un control periódico de su salud, permitiendo la prevención y detección temprana de diversas afecciones.
Tipos de análisis clínicos más comunes
Dependiendo de la información que se necesite obtener, se pueden solicitar diferentes tipos de análisis clínicos, entre los que se encuentran:
Análisis de heces (detección de parásitos o sangre oculta)
Hemograma completo
Panel metabólico básico
Perfil hepático
Perfil lipídico
Perfil renal
Perfil tiroideo
Urinálisis completo
- Biopsia guiada de tiroides y mama
- Prueba de COVID
- Virus Sincitial VSR
Hemograma: el análisis de sangre más solicitado
El hemograma completo, comúnmente conocido como análisis de sangre, es uno de los estudios más habituales. Proporciona datos clave como:
Niveles de glucosa
Cantidad de glóbulos rojos y blancos
Concentración de hemoglobina
Otros parámetros generales del estado sanguíneo
¿Qué preparación se requiere?
Para garantizar la precisión de los resultados, generalmente se recomienda ayuno de entre 8 y 12 horas antes de la toma de muestra, ya que los alimentos y bebidas pueden alterar los valores sanguíneos.
Una vez cumplidos estos requisitos, el paciente acude al laboratorio de análisis clínicos para la recolección de la muestra.
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